Tal día como hoy, el 2 de abril de 1864, nació en Vassouras, en el estado Río de Janeiro, la pintora brasileña Abigail de Andrade.
A los 16 años se trasladó a la ciudad de Río de Janeiro para vivir con una tía y poder matricularse en 1882 en el Liceu de Artes e Oficios de la ciudad, donde desde un año antes las mujeres tenían permitido asistir como alumnas. En esta institución fue discípula del dibujante e ilustrador italiano Angelo Agostini (1843-1910), con quien mantuvo una relación sentimental siendo él un hombre casado.
El mismo año en que comenzó sus estudios, Abigail participó a los 18 años con una selección de dibujos en la primera exposición de la Sociedade Propagadora das Belas Artes. Dos años más tarde compitió en la Exposição Geral de Belas Artes de 1884 organizada por la Academia Imperial de Belas Artes, en la que presentó 14 obras: cuatro pinturas de género, dos retratos, tres copias y cinco dibujos. En una época en la que las mujeres sólo eran aceptadas socialmente dentro del contexto artístico brasileño como pintoras “de afición”, Abigail de Andrade consiguió que la crítica elogiara sus trabajos al mismo nivel que cualquier profesional. Así lo demuestra la medalla de oro con la que fue galardonada en esta exposición gracias a su cuadro “Un rincón de mi taller”, en el que se autorretrató trabajando frente al caballete en su estudio y rodeada por sus obras.
En 1888 Abigail se quedó embarazada de su pareja, Angelo Agostini, y dio a luz a una niña que también fue pintora, Angelina Agostini (1888-1973). El escándalo social fue tal, que se vieron obligados a huir a París los tres. Dos años más tarde, Abigail murió de tuberculosis con sólo 26 años tras perder a su segundo hijo. Está enterrada en el cementerio parisino de Ivry.
Su trabajo comenzó a ser reconocido para el público a finales del siglo XX.
Todos sus cuadros se conservan hoy en colecciones privadas.
