Tal día como hoy, el 8 de marzo de 1934, nació en Salamanca la pintora española Isabel Villar.
Comenzó su formación artística tomando clases de dibujo en la Escuela de Bellas Artes de San Eloy, una antigua escuela de artes y oficios situada en el Palacio San Boal.
Con 18 años se trasladó a Madrid para ingresar en la Real Escuela de Bellas Artes de San Fernando. Allí entabló amistad con un grupo de pintores de su generación que se hacía llamar “La Cepa”, en honor a la taberna madrileña donde solían reunirse, situada en la calle trasera a la Escuela de San Fernando. Entre este grupo de estudiantes se encontraban Alfredo Alcaín (1936), Vicente Vela (1931-2015) o su futuro marido, el pintor santanderino Eduardo Sanz (1928-2013).
Isabel Villar se encontraba en aquel tiempo todavía definiendo su propio lenguaje artístico, que aún no reflejaba la iconografía y el universo personal por el que hoy es reconocida. Tras contraer matrimonio en 1963, el matrimonio se trasladó a Santander y allí nació su único hijo, el también pintor Sergio Sanz Villar (1964).
Hasta 1967, año en el que se instalaron definitivamente en Madrid, Isabel Villar no retomó su actividad artística. Esos años de dedicación a la crianza y a la vida doméstica le permitieron reflexionar y madurar sus intenciones futuras. Tenía muy claro que le interesaba diferenciarse estilísticamente de la línea pictórica “oficial”, seguida por la mayoría de los pintores españoles en aquel momento. El movimiento del informalismo se encontraba en pleno auge en España, sin embargo Isabel Villar optó por emprender una dirección completamente opuesta.
En el año 1970 Isabel inauguró su primera exposición individual en Madrid en la Galería Sen. En esta muestra dejó definido su propio discurso pictórico por el que se la identifica en la actualidad. Ella apostó por una figuración lírica, contraria a la abstracción y a la gestualidad características de la tendencia informalista. Sus cuadros están protagonizados casi siempre por personajes femeninos, que están representados estableciendo una relación idílica y poética con la naturaleza. Además, la minuciosidad técnica y el detallismo casi puntillista de las obras, se aprecia como un recurso renovador y genuino, ya que su objetivo era ir a contracorriente frente al canon hegemónico.
Desde entonces, ha trabajado sin descanso durante casi cinco décadas y no ha dejado de inaugurar cientos de exposiciones, tanto en galerías privadas como en centros institucionales.
En el año 2022, el centro de arte contemporáneo DA2 DOMUS ARTIUM 2002 de Salamanca en colaboración con el CEART de Fuenlabrada organizaron una exposición de Isabel Villar titulada "Leones en el jardín", que fue comisariada por Sergio Rubira.
Las obras de Isabel Villar se conservan en el Museo Reina Sofía de Madrid, el DA2 DOMUS ARTIUM 2002 de Salamanca, la Colección CA2M Centro de Arte 2 de Mayo de la Comunidad de Madrid y la Colección de Carmen Thyssen.
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