Tal día como hoy, el 25 de febrero de 1872, nació en Ginebra la pintora Alice Bailly.
Está considerada una de las artistas suizas más destacadas dentro de las vanguardias de principios del siglo XX.
En su obra hizo una reinterpretación de los movimientos cubista y futurista, con una elección del color de cualidades fauvistas. También experimentó con las técnicas del bordado textil, elaborando numerosos cuadros cosiendo lanas sobre los lienzos. Perteneció a una familia modesta, su madre fue una maestra alemana y su padre trabajaba en una oficina postal.
Alice Bailly comenzó su formación artística a los 19 años en una escuela para señoritas contigua a la École des Beaux-Arts de Ginebra, ya que ésta no admitía mujeres.
En 1904 viajó hasta París para unirse a la colonia de artistas suizos que residían y trabajaban en Montparnasse. En 1909 participó en el Salon des Indépendants y el Salon d’Automne. Durante la Primera Guerra Mundial, Alice regresó a Suiza y frecuentó los círculos dadaístas de la ciudad de Zúrich. En 1923 se mudó a Lausana, donde vivió el resto de su vida.
Falleció con 66 años en esta ciudad a causa de una tuberculosis el 1 de enero de 1938.
Tras su muerte, se creó en Lausana la “Fundación Alice Bailly” que hoy sigue activa y cuyo objetivo se centra en otorgar ayudas económicas a los artistas visuales suizos. La gran mayoría de sus obras se conservan en el Musée cantonal des Beaux-Arts de Lausana, además del Museo de Arte e Historia de Ginebra, el Kunstmuseum Winterthur en Suiza y el National Museum of Women in the Arts en Washington D.C.
