Tal día como hoy, el 28 de junio de 1886, nació en Lausana la pintora autodidacta suiza Aloïse Corbaz.
Tras terminar sus estudios de bachillerato en 1906, se dedicó a trabajar como modista hasta 1911, cuando consiguió un empleo como maestra e institutriz en Potsdam, en la corte de Kaiser alemán Guillermo II. Fue allí donde comenzó a sufrir sus primeros delirios románticos alrededor de la figura del Kaiser, con quien imaginaba estar viviendo una pasión amorosa. Esa es la versión oficial que conocemos, aunque podemos pensar que sus fantasías no serían del todo infundadas.
Al estallar la Primera Guerra Mundial regresó a Suiza, pero sus ensoñaciones continuaron por lo que fue diagnosticada con esquizofrenia a los 32 años y sus hermanos la internaron en un hospital psiquiátrico de Cery en 1918.
Dos años más tarde, la trasladaron a un hospital anexo de La Rosière, donde estuvo recluida durante 44 años hasta su muerte.
Comenzó a dibujar y escribir poesía durante su ingreso en este centro mental y después de 15 años desarrollando su actividad creativa, el director del centro comenzó a interesarse por su trabajo en 1936.
Su particular universo plástico está protagonizado por figuras femeninas principescas y voluptuosas, que aparecen representadas como heroínas de cuentos de hadas infantiles.
Su obra fue descubierta en 1947 por Jean Dubuffet (1901-1985), que incluyó los trabajos de Aloïse en su colección particular de Art Brut.
Murió el 5 de abril de 1964 en el hospital psiquiátrico de La Rosière, en Gimel-sur-Morges (Suiza),
La mayor parte de sus obras se conservan en la Collection de l’Art Brut de Lausanne, perteneciente al Musée cantonal des Beaux-Arts de Lausanne, y en el Museum im Lagerhaus für schweizerische Naive Kunst und Art Brut en St. Gallen (Suiza).
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