Bona de Mandiargues (1926-2000)
- Diana Larrea
- 12 sept
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Tal día como hoy, el 12 de septiembre de 1926, nació en Roma la artista surrealista italiana Bona Giuseppina Piera Maria Tibertelli de Passi, conocida como Bona de Mandiargues.
Fue hija del abogado Leone Tibertelli (1897) y de la condesa Maria Luisa de Passi (1895-1977), casados en Roma el 28 de noviembre de 1925.
Bona Tibertelli se formó en la Accademia di Belle Arti de Venezia, donde fue discípula de su tío paterno, el pintor metafísico Filippo Tibertelli (1896-1956). Con él se trasladó a París en 1947. Allí, Bona tomó contacto con la escena cultural de postguerra y el círculo intelectual surrealista, como André Breton y Man Ray. En esa época comenzó una investigación autodidacta relacionada con los sueños, el ocultismo, el simbolismo arquetípico, la sexualidad femenina y el conflicto del binarismo de género. A nivel técnico se desligó de las disciplinas elegidas por los miembros surrealistas masculinos y eligió experimentar con ensamblajes textiles, compuestos por pedazos de tela extraídos de vestimenta desechada. Tal y como ella describió en su autobiografía en 1977: “Mi investigación era alquímica: quería encontrar oro a partir de los residuos”. Creó sus piezas en forma de collages textiles bidimensionales de distintas texturas cosidos sobre el lienzo para representar con ellos criaturas fantásticas habitantes de paisajes antropomórficos.
En 1950 se casó a los 24 años con el escritor francés André Pieyre de Mandiargues (1909-1991), 17 años mayor que ella. El matrimonio tuvo una hija.
La primera exposición individual de Bona tuvo lugar en 1952 en la Galería parisina del marchante Heinz Berggruen (1914-2007). Al año siguiente participó en una colectiva en la mítica Galería L’Étoile scellée (La Estrella sellada), inaugurada ese mismo año en París y dirigida en un principio por Breton. En 1959 también formó parte de la muestra “EROS. Exposition Internationale du Surréalisme” en la Galerie Daniel Cordier de París.
En 1958 el matrimonio Pieyre de Mandiargues emprendió un viaje a México que duro cinco meses. De la mano del escritor Octavio Paz (1914-1998), Bona encontró inspiración en los patrones textiles aztecas y la cultura precolombina.
Durante la década de los años 60, Bona continuó trabajando y celebró dos exposiciones individuales en la Knapik Gallery de Nueva York en 1960 y en la Galleria Schwarz de Milán en 1962.
A lo largo de últimas décadas de su vida, su trabajo fue incluido en distintas muestras colectivas institucionales como “La Femme et le Surréalisme”, celebrada en el Musée Cantonal de Lausanne en 1987, y “I Surrealisti”, inaugurada en 1989 en Palazzo Reale de Milán.
Falleció a los 73 años el 25 de agosto del año 2000 en París.
En los últimos años se ha reivindicado su figura en varias exposiciones. La mayor retrospectiva de su trabajo tuvo lugar en el año 2023 en el Museo Nivola en Orani (Cerdeña). En el año 2024 su obra formó parte de la 60 edición de la Biennale di Venezia, titulada “Foreigner Everywhere” que fue comisariada por Adriano Pedrosa. Ese mismo año también fue seleccionada en la exposición “Surréalisme”, celebrada en el Centro Pompidou de París con motivo del centenario del “Manifesto” escrito por Breton.
El legado de Bona de Mandiargues es gestionado por Alison Jacques Gallery en Londres.





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