Tal día como hoy, el 26 de octubre de 1862, nació en Estocolmo la pionera pintora sueca Hilma af Klint.
Hoy en día está considerada una de las iniciadoras del arte abstracto, anticipándose varios años a Kandinsky, Mondrian o Malévich. Todo el conjunto de su legado permaneció oculto en un almacén durante más de cuatro décadas, hasta que en el año 1986 el LACMA (Los Angeles County Museum of Art) descubrió por primera vez al público en una exposición parte de su obra.
Perteneció a una de las primeras generaciones de mujeres europeas que pudo formarse académicamente en arte, ya que la Real Academia de Bellas Artes de Estocolmo era en el siglo XIX una de las pocas instituciones que admitía a estudiantes femeninas.
Cuando tenía 18 años sucedió un hecho trágico en su vida personal, la muerte de su hermana pequeña, que despertó su interés por las prácticas ocultistas. Estos experimentos fueron fundamentales en su concepción artística. A partir de entonces formó junto a otras 4 amigas un grupo llamado “Las Cinco”, que se reunían en secreto para practicar la escritura y el dibujo automáticos durante sesiones de espiritismo, siendo precursoras de las técnicas surrealistas.
Sus primeros cuadros abstractos datan de 1906, cuando comenzó su emblemática serie “Cuadros para el templo”, compuesta por 193 obras que realizó durante 9 años y que se entiende como una metáfora de la evolución espiritual. Este trabajo recibe influencias de la teosofía y la antroposofía, abordando temáticas metafísicas como la dualidad del yin-yan o el origen del cosmos. Formalmente son cuadros de grandes dimensiones, en los que representó figuras geométricas recurrentes, como círculos concéntricos de colores planos y símbolos arquetípicos como la espiral, la pirámide o diagramas con estructura de mandala.
Hilma falleció como consecuencia de un accidente de tráfico a los 81 años en 1944.
A lo largo de su vida realizó más de 1.200 obras, tanto lienzos como dibujos, pero sus cuadros abstractos nunca fueron expuestos en vida. Consciente de su talento visionario, en su testamento dejó escrito que estas obras no salieran a luz hasta 20 años después de su muerte.
En el año 2019 el Museo Guggenheim de NY organizó la primera gran exposición retrospectiva de Hilma af Klint en los Estados Unidos que consiguió consagrar su figura y reivindicarla como un gran referente dentro de la historia del arte occidental.
