Tal día como hoy, el 13 de abril de 1876, nació en Palma de Mallorca la pintora postimpresionista Pilar Montaner Maturana, en el seno de una familia privilegiada.
Con 20 años contrajo matrimonio con Juan Sureda (1872-1947), un rico intelectual y mecenas mallorquín dueño de una de las mayores fortunas de la isla, lo que permitió a Pilar dedicarse con libertad a desarrollar su vocación.
Las inclinaciones culturales de su marido convirtieron la residencia principal de la familia, el Palacio del Rey Sancho en Valldemosa, en un lugar donde se daban cita figuras como Unamuno, Eugenio d’Ors, Azorín o el pintor estadounidense John Singer Sargent.
Entre 1901 y 1904, Pilar Montaner recibió clases de pintura en el taller que Joaquín Sorolla tenía en Madrid. Poco después, en 1905, Pilar inició una larga e íntima amistad con el paisajista Antoni Gelabert (1877-1932), a quien le unieron intereses artísticos y con el que participó en 1910 en la Exposición Nacional de Bellas Artes en Madrid.
En 1927 los negocios familiares comenzaron a decaer por la mala gestión de su fortuna, tuvieron que hipotecar sus fincas, vender parte de sus bienes y finalmente perdieron su residencia. Al declive económico se sumaron las pérdidas personales de cuatro hijos por tuberculosis y el suicidio de una de sus hijas tras la Guerra Civil Española, la artista Pazzis Sureda (1907-1939). Desde ese momento, Pilar Montaner abandonó su actividad creativa hasta su muerte en Valldemosa a los 85 años en 1961.
Su legado, que comprende más de 200 obras, se encuentra en propiedad de sus herederos y de colecciones particulares. Únicamente tres cuadros suyos pertenecen a colecciones públicas, como el Consell de Mallorca o el Arxiu Municipal de Can Bordils (Palma).
