Tal día como hoy, el 12 de noviembre de 1899, nació en Madrid la prolífica diseñadora, escenógrafa, pintora y docente Victorina Durán Cebrián.
Fue la hija menor de una bailarina llamada Genoveva Cebrián Fernández (1865-?) y de un militar retirado, José Durán Lerchundi (1842-1927), que tuvo el abono nº1 del Teatro Real de Madrid. La abuela materna de Victorina, Encarnación Fernández Iglesias (1842-1921), también fue bailarina y trabajó como coreógrafa del Teatro Principal de Valencia. Este entorno familiar despertó en ella desde niña una fuerte vocación por las artes escénicas, por eso su gran pasión inicial fue la interpretación teatral pero su familia se negó a apoyarla.
Durante su infancia y adolescencia, Victorina cursó la carrera de piano en el Conservatorio Nacional de Música de Madrid.
A los 17 años inició su formación plástica en la Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado de Madrid, donde entabló una estrecha amistad con la pintora Matilde Calvo Rodero (1899-1982). Ambas compartieron un estudio en la Calle Ventura de la Vega de Madrid y juntas también formaron parte desde 1920 del equipo de trabajo del Museo Nacional de Artes Industriales, hoy Museo Nacional de Artes Decorativas.
Victorina fue socia de la Asociación Española de Pintores y Escultores AEPE desde 1918. Paralelamente a sus estudios, trabajó como docente de dibujo en la Escuela Normal de Maestras de Madrid. Más tarde fue profesora en la Escuela del Hogar y Profesional de la Mujer y en la Residencia de Señoritas, centro educativo fundado por la pedagoga y humanista María de Maeztu (1881-1946).
Victorina Durán debutó en la Exposición Nacional de Bellas Artes en 1920, donde participó en la sección de Arte Decorativo. Volvió a mostrar sus obras en la edición de 1922, donde presentó 4 trabajos textiles y 6 proyectos decorativos de alfombras y papeles pintados, consiguiendo una medalla de segunda clase. Expuso de nuevo en este evento en 1924.
En 1921 celebró una exposición monográfica en el Ateneo de Madrid en la que expuso una serie de telas realizadas con una de las técnicas de teñido textil más antiguas del mundo denominada “Batik”, con la que ganó gran prestigio.
En el mes de abril de 1923, Victorina Durán y Matilde Calvo Rodero se presentaron al Concurso Nacional de Pintura relacionado con las Artes Industriales organizado por la Dirección General de Bellas Artes, donde Durán fue premiada por un proyecto de alfombra.
En 1925, Victorina recibió una beca de viaje y formación por parte de la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas para residir en París durante dos meses. Ese mismo año fue galardonada con una medalla de plata en la Exposition internationale des arts décoratifs et industriels modernes celebrada en París, donde expuso en el Pabellón Español dentro la sección de Artes Decorativas.
En 1926 fue una de las socias fundadoras del Lyceum Club Femenino, asociación de mujeres feminista e intelectual, donde celebró una exposición conjunta ese mismo año con Matilde Calvo Rodero. Las dos formaron parte del grupo clandestino de lesbianas “Círculo Sáfico de Madrid”, una red de apoyo creada por mujeres homosexuales para tejer espacios seguros donde celebrar tertulias culturales y sanar los estigmas sociales.
En 1929, Victorina Durán ganó por oposición la cátedra de Indumentaria en el Conservatorio Nacional de Música, convirtiéndose en la primera mujer en conseguir este cargo que ejerció hasta la Guerra Civil. En sus trabajos como escenógrafa y diseñadora de vestuario, conjugó sus conocimientos artísticos vanguardistas con un costumbrismo popular artesanal, creando así un estilo renovador.
Entre 1934 y 1935, colaboró con el director de escena Cipriano Rivas Cheriff (1891-1967) en la cooperativa “Teatro Escuela de Arte” T.E.A. con sede en el Teatro María Guerrero.
Tras estallar la Guerra Civil, en julio de 1937 consiguió una autorización legal para viajar con la compañía de Margarita Xirgúa Buenos Aires, donde permaneció en el exilio 25 años. En la capital argentina continuó trabajando como directora artística y figurinista en el Teatro Colón y el Teatro Cervantes, así como en el Teatro Odeón de Montevideo.
Regresó en 1963 a Madrid, donde siguió dedicándose a la escenografía y la pintura de manera discreta. Escribió sus memorias autobiográficas bajo el título “Mi Vida” dividida en tres volúmenes: “Sucedió”, “El Rastro. Vida de lo inanimado” y “Así es”, que fueron inéditas hasta 2018, cuando las investigadoras Idoia Murga y Carmen Gaitán las publicaron con la Residencia de Estudiantes en una edición comentada.
Victorina Durán falleció en Madrid el 10 de diciembre de 1993 a los 94 años.
Algunas de sus obras se conservan en el Museo Reina Sofía en Madrid, el Museo Nacional de Artes Decorativas en Madrid y el Museo Nacional del Teatro en Almagro, donde también se encuentra su archivo personal.
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