Tal día como hoy, en el año 1600, pudo haber nacido la pintora barroca Giovanna Garzoni en la localidad italiana de Ascoli Piceno.
Fue una de las pintoras con más éxito de su tiempo, lo que le permitió disfrutar de una gran independencia económica.
Estuvo trabajando en numerosas ciudades italianas, como Venecia, Nápoles (bajo el mecenazgo del Duque español de Alcalá), en Turín para el Duque de Saboya y en la Corte de los Medici en Florencia, hasta que llegó a Roma en 1654, donde logró ser miembro de la Accademia di San Luca.
Su trabajo estuvo especializado en las miniaturas y el género de la naturaleza muerta, donde consiguió un estilo muy personal al convertir los bodegones en auténticos estudios científicos botánicos.
Murió en 1670 y su figura cayó en el olvido hasta que sus trabajos comenzaron a ser rescatados a mediados del siglo XX.
Podemos encontrar su obra en la Galleria degli Uffizi y el Palazzo Pitti de Florencia, el J. Paul Getty Museum de Los Angeles (USA), el Cleveland Museum of Art, o el Fitzwilliam Museum de la Universidad de Cambridge (UK).
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