Tal día como hoy, el 1 de abril de 1903, nació en Lagos de Moreno (Jalisco) la gran fotógrafa mexicana Lola Álvarez Bravo, de soltera Martínez Anda.
Con sólo 18 años contrajo matrimonio con el fotógrafo Manuel Álvarez Bravo (1902-2002). Con él comenzó a tomar sus primeras imágenes y pronto se convirtió en su asistente, trabajando juntos en su propio estudio fotográfico en Ciudad de México.
Al mismo tiempo, convirtieron su casa en una galería de arte informal, donde montaron exposiciones de pintores de su círculo artístico más cercano, como Alfaro Siqueiros (1896-1974), Rufino Tamayo (1899-1991) o Frida Kahlo (1907-1954), a quien Lola le organizó su primera exposición.
Lola Álvarez Bravo fue una fotógrafa muy prolífica que trabajó para diversos organismos públicos de México, como el Departamento de Prensa y Publicaciones de la Secretaría de Educación Pública o el Laboratorio de arte del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM.
También ejerció el cargo de jefa del Departamento de Fotografía del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBA) y fue docente en la prestigiosa Academia de San Carlos.
A lo largo de una carrera de 60 años, estuvo sobre todo interesada en documentar con su trabajo la situación social marginal de los campesinos mexicanos, además de realizar destacadas series sobre la cultura y arquitecturas prehispánicas. También fue precursora en la experimentación con el fotomontaje, el fotomural y el fotograma.
En el año 1986 abandonó su actividad fotográfica por los graves problemas cardíacos que padecía.
Murió a causa de un infarto a los 90 años en 1993.
La mayor parte de su obra se conserva en el Center for Creative Photography de la Universidad de Arizona, en Tucson.
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