Tal día como hoy, el 26 de noviembre de 1837, nació en Ajofrín (Toledo) la fotógrafa española Alejandrina Alba Muñoz. Es la primera mujer censada como fotógrafa en España, entre 1874 y 1880. Firmó sus obras bajo el nombre de “A. Alba”, tal vez para no ser identificada como mujer.
La información aportada aquí proviene de la investigación de Stéphany Onfray compartida en el artículo “Ellas: de modelo a fotógrafa. La mujer como impulsora de nuevas formas retratísticas en los estudios fotográficos madrileños (1860-1880)”, publicada en 2017 en Área Abierta, Revista de comunicación audiovisual y publicitaria de la Universidad Complutense de Madrid. También procede de la tesis doctoral de Marta López Beriso, “Un lugar en la historia de la fotografía para José Martínez Sánchez (1807-1874)”, presentada en la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense de Madrid en 2019.
Alejandrina Alba contrajo matrimonio a los 24 años el 31 de julio de 1862 en la Iglesia de San Sebastián en Madrid. Su primer marido fue José Martínez Sánchez (1807-1874), uno de los primeros fotógrafos españoles, que entonces era ya un hombre viudo de 55 años.
Se piensa que el exitoso estudio fotográfico de su marido, situado en la Puerta del Sol nº4, fue regentado por Alejandrina Alba con la ayuda de un sobrino, ya que Martínez Sánchez viajaba con frecuencia a París. Entre 1866 y 1868, Martínez Sánchez también estuvo ausente de Madrid registrando con su cámara por la península obras de ingeniería pública como puentes, faros, acueductos, estaciones de tren, carreteras, etc.
El 7 de octubre de 1863 fue publicada una noticia en el Boletín de Segovia en el que se informaba de que la Guardia Civil estaba en busca y captura de Alejandra Alba por intento de envenenamiento de su marido. Seis años después, a finales de 1869, Martínez Sánchez abandonó su domicilio en Madrid y se instaló en Valencia, donde abrió otro estudio y vivió allí hasta su muerte. A partir de entonces, Alejandrina Alba siguió dirigiendo ella sola el gabinete fotográfico madrileño de la Puerta del Sol. La razón de la separación probablemente fuera una infidelidad conjugal, ya que junto a algunos retratos de Alejandrina pertenecientes a la Colección Castellano aparecen escritas frases como “Puta pública” o “La Querida del Contador del Duque de Veragua”.
Al quedarse viuda legalmente en 1874, Alejandrina aparece censada en Madrid como fotógrafa hasta 1880, cuando volvió a casarse con el fotógrafo J. Astray (1845-1908) y desde entonces es su segundo marido el que figura como director del gabinete fotográfico.
Entre 1875 y 1879, Alejandrina Alba utilizó el medio fotográfico de una manera creativa para auto-retratarse posando con distintas indumentarias y máscaras. A la manera de la Condesa de Castiglione, Virginia Oldoini (1837-1899), Alejandrina también elaboró un discurso de autoafirmación femenina frente a la cámara, representándose como un sujeto autónomo que controla la imagen que proyecta.
Falleció en Madrid después de 1910.
Sus obras se conservan en la Colección Castellano, recopilada por el pintor madrileño Manuel Castellano (1826-1880), en la Biblioteca Nacional sin atribución confirmada.
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