Tal día como hoy, el 15 de abril de 1865, nació Cracovia la pintora polaca Olga Boznańska.
Su primera profesora de dibujo fue su madre, una mujer francesa que le transmitió su amor por el arte. Más tarde, dado que la Universidad Jaguelónica de Cracovia no admitió mujeres hasta el año 1894, asistió a clases de pintura durante tres años en una escuela privada de su ciudad natal.
Entre 1886 y 1889 estudió en la Akademie der Bildenden Künste München. En la capital bávara terminó instalando su propio estudio y haciéndose cargo en 1895 de la escuela del pintor alemán Theodor Hummel (1864-1939).
En 1898 se convirtió en miembro de la Sociedad de Artistas Polacos “Sztuka” y ese mismo año se trasladó a París, donde fue profesora en la Académie de la Grande Chaumière y se unió a la Société Nationale des Beaux-Arts de Francia.
Fue una creadora extremadamente prolífica y su pintura comparte rasgos post-impresionistas con otras inquietudes más cercanas al simbolismo. Abordó sobre todo los retratos, en los que mostró un cuidadoso interés por transmitir la profundidad psicológica de los rostros en relación con el ambiente que envuelve a cada personaje. También pintó escenas de interior y naturalezas muertas.
En su última etapa de madurez creativa llegó a dinamizar tanto la pincelada que terminó componiendo los cuadros con manchas casi abstractas.
A pesar de ser una pintora de éxito que recibió varios reconocimientos, como la Orden de la Legión de Honor francesa en 1912, el Grand Prix de la Exposición de París en 1939 o la Orden de Polonia Restituta en 1938; al final de su vida dejó de recibir encargos y tuvo que sobrevivir con el alquiler de su casa en Cracovia.
Murió en París el 26 de octubre de 1940 a los 75 años. Con la excepción de tres cuadros suyos que se conservan en el Musée d’Orsay de París, la mayor parte de su obra está repartida por distintos museos estatales de Polonia, como el Museo Nacional de Cracovia, el Museo Nacional de Varsovia, el Museo Nacional de Poznan o el Museo de Arte de Lodz.
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