Tal día como hoy, el 17 de abril de 1931, nació en Antigua Guatemala, la artista multidisciplinar Margarita Azurdia, conocida bajo los pseudónimos de Margot Fanjul, Margarita Rita Rica Dinamita y Anastasia Margarita. Estos nombres que adoptó en las diferentes épocas de su vida, manifiestan su deseo constante por reinventar su identidad como creadora.
Margarita Azurdia es una de las figuras artísticas más relevantes de su país, cuya obra muestra una gran versatilidad y un compromiso profundo por el ecofeminismo y los indigenismos.
Perdió a su madre siendo niña y fue educada en un internado católico. A los 17 años contrajo matrimonio con un empresario guatemalteco llamado Carlos Fanjul y poco tiempo después se separó para iniciar su formación artística en el extranjero.
A comienzos de los años 60 se trasladó a California para nutrirse de la efervescencia cultural Beat de la Costa Oeste de los Estados Unidos. En esta época comenzó a realizar las obras de su primera etapa, una serie de lienzos geométricos de grandes dimensiones inspirados en los patrones textiles tradicionales indígenas de su país.
En 1969 participó en la X Bienal de Sao Paulo donde consiguió una mención de honor con su serie “Asta 104”.
En la década de los años 70 se trasladó a París, donde se centró en la producción de poesía visual, dibujos y libros de artista.
En esta época produjo también su serie más reconocida, llamada "Homenaje a Guatemala", que consiste en 50 piezas de madera policromada, inspiradas en los altares religiosos de los pueblos del altiplano guatemalteco. Las piezas fueron realizadas por artesanos guatemaltecos a partir de los dibujos de Margarita Azurdia, quien posteriormente las pintó y decoró con objetos mundanos. Con estas piezas Margarita consiguió un sincretismo cultural a través de una reinterpretación moderna de estas figuras sagradas ancestrales. Toda la serie fue expuesta en la XII Bienal de Sao Paulo de 1973.
En su última etapa artística, antes de morir a causa de un cáncer en 1998, Margarita Azurdia regresó a Guatemala y formó parte de un colectivo artístico llamado “Laboratorio de Creatividad”, con el que experimentó con la performance y la danza contemporánea como proceso de liberación espiritual, conectando con los conceptos del “Goddess movement”. Con este grupo desarrolló varios rituales holísticos como demostración de amor y cuidado hacia la Naturaleza.
Tras su muerte, sus nietas heredaron la Fundación Milagro del Amor, encargada de preservar la mayor parte de sus obras y toda su documentación.
En el año 2022 el Museo Reina Sofía de Madrid le dedicó una completa exposición retrospectiva que fue comisariada por Rosina Cazali (Guatemala, 1960).
